
(Tomado de la Red) En una exhibición de maestría técnica y velocidad, el japonés Naoya Inoue defendió con éxito su corona indiscutida de peso supergallo por sexta ocasión, tras derrotar por decisión unánime al mexicano Alan David Picasso.
El combate, celebrado en la Mohammed Abdo Arena, fue un monólogo de Inoue (32-0, 27 KOs), quien neutralizó la inteligencia en el ring del retador mexicano. Las tarjetas de los jueces fueron contundentes: 119-109, 120-108 y 117-111, todas en favor del «Monstruo» de Yokohama.
El castigo al cuerpo fue la clave
Desde los primeros asaltos, Inoue impuso un ritmo vertiginoso. A pesar de tener que vendarse las manos dos veces antes del combate, su fluidez no se vio afectada. El japonés castigó severamente la zona media de Picasso, especialmente con ganchos de izquierda en los rounds seis, ocho y nueve que mermaron la movilidad del mexicano.
Por su parte, Picasso (32-1-1, 17 KOs) mostró una resistencia física admirable. Aunque fue superado por la potencia y precisión del campeón, el joven de 24 años logró mantenerse de pie los 12 asaltos, una hazaña que pocos han conseguido ante uno de los mejores libra por libra del mundo.
Un cierre de año agotador
Tras la contienda, Inoue reconoció el desgaste físico de un 2024 frenético, donde subió al ring en cuatro ocasiones.
«No estuve muy contento con mi actuación; podría haberlo hecho mucho mejor. Estoy muy contento de haber ganado cuatro combates este año, pero la verdad es que estoy muy cansado y me encantaría descansar un rato», declaró el campeón.
Camino a la pelea más grande de Japón
La victoria de Inoue no solo mantiene su invicto, sino que despeja el camino para un enfrentamiento histórico en 2025. Su compatriota Junto Nakatani (32-0, 24 KOs) también salió victorioso en la misma cartelera tras vencer por decisión unánime al mexicano Sebastián Hernández.
Este resultado prepara el terreno para que Inoue y Nakatani se enfrenten el próximo año en Tokio, en lo que expertos consideran será el combate más importante en la historia del boxeo japonés, unificando a dos titanes invictos por el dominio absoluto de las 122 libras.

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