(Agencias) Se acabó la espera y la incertidumbre. Los miedos de un año sin temporada de «pelota caliente» se disiparon esta semana, y Shohei Ohtani, Aaron Judge y el resto de los grandes astros del béisbol aparecerán el domingo en el primer día oficial de entrenamientos de pretemporada, tras levantarse el paro patronal de 99 días en las Grandes Ligas.
Se suponía que los lanzadores y catchers iban a presentarse hace un mes en los campamentos de las ligas del Cactus y la Toronja. Sin embargo, éstos permanecieron cerrados mientras los peloteros y dueños discutían sobre aspectos económicos de este deporte.
El jueves se alcanzó un acuerdo. Ahora, los pitchers y bateadores tendrán que apretar el acelerador durante cuatro semanas de preparativos, antes de una campaña de 162 juegos por equipo, a partir del 7 de abril.
Pronto, la recta de Jacob deGrom pasará zumbando en el bullpen. El dominicano Fernando Tatis Jr. buscará desaparecer la pelota en la práctica de bateo. El catcher puertorriqueño Yadier Molina será mentor de un cuerpo de pitcheo por última vez.
Esas imágenes y sonidos urgían en un deporte que estaba paralizado desde diciembre.
“Los fanáticos han pasado por una situación difícil recientemente”, dijo Jon Daniels, presidente de los Rangers de Texas.
Los juegos de pretemporada comenzarán el 17 de marzo. Los primeros serán Medias Rojas-Mellizos y Diamondbacks-Rockies.
Con tan poco tiempo restante antes del juego inaugural de la campaña, los peloteros de Grandes Ligas tendrían más actividad en esos encuentros de exhibición en comparación con años anteriores.
El dominicano Rafael Devers, J.T. Realmuto y muchos jugadores más se han seguido preparando en campos de secundarias y universidades dentro del país. Se espera que la mayoría de los pitchers abridores llegue este domingo ya con la preparación para cubrir unas cuantas entradas.
Desde luego, las lesiones generan preocupación. La campaña de 2020 fue abreviada por el coronavirus. Un año después, con calendario completo, se presentaron muchas lesiones.
Otra alteración en la rutina de los jugadores no era lo deseable, mucho menos en el caso de aquellos que estaban lesionados y debían realizar trabajos de rehabilitación.
Las reglas les prohibieron comunicarse con empleados de sus clubes mientras siguiera el paro.