En Brasil, un abanderado se contagió del ambiente durante un partido de Río de Janeiro, y comenzó a moverse al ritmo de los cánticos de la «Torcida».
En un hecho que difícilmente se vería en otra parte del mundo, mientras la acción estaba en otro sector de la cancha, el auxiliar se dejó llevar por el ritmo y comenzó a bailar.
Los aficionados, entre gritos y baile, agradecieron el momento brindado por el colegiado, mismo que permitió que la barra se divirtiera en la tribuna.
-De Primera